Retratos (I). Juana, un destino incierto.

Hija de los Reyes Católicos. Esposa de Felipe el Hermoso, hijo del emperador Maximiliano I y descendiente de la casa de los Habsburgo. Madre de Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y heredero del gran patrimonio borgoñes, austriaco e hispánico que le legó su dinastía. Y, por último, abuela de Felipe II, sin duda, el rey más poderoso de su tiempo.

¿Su nombre?, Juana. ¿Su apodo?, loca.
Corría el año 1506 cuando las Cortes de Valladolid la nombraron reina de Castilla. Por entonces, la joven Juana se encontraba en la corte flamenca con su bello esposo Felipe de Habsburgo. El 7 de septiembre de 1506 preparan su viaje a Castilla. Burgos es testigo de la entrada triunfal de los nuevos reyes. Sin embargo, nada hacía presagiar tal trágico destino. Solamente 18 días despues de aquellos actos, Felipe moría aquejado de unas graves fiebres. Jamás había tenido lugar un reinado tan breve en la historia de España. 26 años contaba entonces la pobre Juana. Daba paso a su leyenda...
Desde su boda con Felipe, Juana había desarrollado un amor enfermizo hacía su marido con continuos ataques de celos. Cuando muere, ya nada le importa. Ni la familia, ni los problemas de Estado, ni siquiera ella misma. Enloquecida y embaraza de la hija póstuma de Felipe, la futura infanta Catalina, inicia un peregrinaje con el féretro de su marido por los pueblos de Castilla. Y aun así no consiente que ninguna mujer se acerque al cadaver. Celos que no se detienen ni ante la barrera de la muerte...


Y fue por aquella actitud, por aquel comportamiento, por tal macabro espectáculo que pronto fue tachada de loca.
Juana "la loca"...
La que, a pesar de ser la tercera hija de los Reyes Católicos y sin posibilidades al trono, tuvo en sus manos el destino de una de las monarquías más poderosas de la época.
Y la que, sin embargo, enloquecida y declarada incapaz para gobernar, fue injustamente encerrada por su propio padre en el monasterio de Tordesillas. Con la única compañía de su hija Catálina, que al final la abandonaría para ser coronada reina de Portugal. Y con las escasas visitas de su hijo Carlos V, el gran emperador, el que, a pesar de todo, siguió manteniendo a su madre presa...
Trágico destino el de la pobre Juana...
Y allí permaneció. Allí vivió los últimos años de su vida. Encerrada. Cautiva y sola. Hasta que el 12 de abril de 1555 le sobrevino la muerte.
Una muerte que apenas trascendió los muros de aquella Villa.
Moría una mujer tocada por un destino glorioso que pronto se rompería y que la dejó al amparo de una soledad infinita que la acompañó hasta su muerte...
Moría Juana, la reina de papel... la eternamente loca...

btemplates

0 comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...